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Islandia

Sur de Islandia

La costa sur de Islandia es probablemente la región más atractiva de toda la isla. No solamente por la variedad de monumentos naturales que se encuentran en ella, sino también por su fácil accesibilidad. Casi todos los lugares están en la carretera número 1 (la «Ring Road»). En el sur de Islandia, entre otras cosas, podrás admirar algunos de los glaciares más grandes de Europa. Contemplar algunas cascadas imposibles de describir. Hacer un tour en barco por una laguna glaciar. Ver la irrupción de un géiser desde lo más profundo de la tierra. Y andar por la orilla de una de las playas más hermosas del mundo. También, por supuesto, podrás montar en los famosos caballos islandeses. Observar a los frailecillos en las islas Vestmann. O hacer una caminata inolvidable en el valle de Thórsmork o en Landmannalaugar, en el interior de la isla.

Sur de Islandia

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Promontorio de Dyrhólaey

Hemos dejado atrás la zona de las hermosas cascadas que vimos ayer. Sin duda alguna, todo un espectáculo que hemos podido disfrutar de primera mano. Toda una maravilla de la naturaleza. Ahora seguimos camino por el sur de esta isla en nuestra furgoneta camper. Nos dirigimos hacia el promontorio de Dyrhólaey, donde es famoso su espectacular arco de piedra. El cual se encuentra en el extremo oeste de la playa de Reynisfjöru, a poca distancia de los acantilados del cabo de Reynisfjall, los famosas agujas rocosas de Reynisdrangar y el pueblo de Vik. La verdad que kilómetro tras kilómetro te vas sorprendiendo cada vez más con las espectaculares imágenes que encuentras a tu alrededor. Todo es increíble. Y tanto María como yo estamos realmente emocionados con lo que estamos viendo. Sabía que esto iba a ser así, pero el espectáculo se supera día a día.

Sur de Islandia

Cientos y cientos de frailecillos, gaviotas árticas, fulnares y otras aves boreales se reproducen entre mayo y junio, justo la época en la que la entrada a la reserva natural está prohibida. El arco de piedra se eleva hasta los 120 metros de altura, lo que permite una vista espectacular de las playas aledañas y del océano bravo que castiga esta zona de Islandia. Con días menos benignos que el de hoy, debe dar miedo caminar por estos acantilados. De hecho, muchos carteles desaconsejan ya no solo el baño en estas playas, sino también el acercarse mucho a las mismas. Toda precaución es poca cuando el viento y el mar se juntan por estas latitudes. La visión es espectacular mires hacia donde mires, y muchas veces cuesta retomar la marcha para seguir camino. Verdaderamente apetece estar observando estas vistas durante horas y horas.

Sur de Islandia

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Sur de Islandia: Playa de Reynisfjöru

Desde lo alto, los acantilados nos presentan el salvaje Océano Atlántico, pero si nos damos la vuelta y miramos hacías las tierras altas, veremos el casquete del glaciar Mýrdalsjökull, lo que nos recuerda que el Polo Norte y Groenlandia no están tan lejos. Dejamos el promontorio de Dyrhólaey y bajamos a la playa de Reynisfjöru. Playa de arena negra y cantos rodados batidos por el mar. Una imagen espectacular. Estamos a muy poca distancia de los acantilados del cabo de Reynisfjall. A cuyo pie se encuentra una zona de columnas de basalto similar a la conocida Calzada de los Gigantes de Irlanda del Norte. Hacia allá nos encaminamos con la idea de comer por esa zona, puesto que ya va siendo hora del almuerzo y tanto María como yo vamos teniendo hambre. Veremos si por allí encontramos algún restaurante donde deleitarnos con la comida islandesa.

A todo el mundo le gustan las playas de arena blanca, son muy agradables y se camina muy bien por ellas. Pero, ¿alguna vez has estado en una playa negra de lava formada de cenizas? Pues la playa de Reynisfjöru es una de esas playas, creada por la lava que fluye hacia el océano, y que se enfrió inmediatamente al tocar el agua. Reynisfjara es sorprendente. No esperes arena negra y fina, sino piedras y guijarros negros. Esto le da un toque salvaje, muy diferente de las playas de arena blanca comunes. Muy visitada, su fama aumentó al formar parte de las localizaciones de la serie Juego de Tronos. Eso si, como toda esta zona por aquí, mucho ojo y muchísima precaución si el mar está algo picado. No sería la primera vez que algún turista confiado se lleva un buen susto. Con el mar siempre, mucho respeto.

Agujas de Reynisdrangar

Nos acercamos tranquilamente a disfrutar de las emergentes rocas que tenemos delante. Como casi siempre, en Islandia una leyenda cuenta el origen de estos islotes volcánicos. La forma de las agujas de Reynisdrangar serían los restos de un barco de tres palos que habría encallado en el cabo y de dos trolls que intentaron arrastrar la embarcación hasta la costa. El sol los sorprendió en pleno trabajo y los convirtió en las piedras que hoy visitamos todos los turistas. La mañana está nublada pero no hace nada de frío. Y la verdad que te dan ganas de meterte en el agua. La zona es espectacular pero toda ella es batida por los vientos y las mareas, por lo que se recomienda extrema atención y cuidado. Tanto el promontorio de Dyrhólaey como la playa negra de Reynisfjöru nos dejan un bonito vídeo.

Sur de Islandia: cañón Fjadrargljufur

Hacemos un pequeño descanso en la playa y disfrutamos de una excelente comida al pie de la misma, en el Black Beach Restaurant. Todos los días ofrecen dos tipos de sopas con pan casero. La tradicional sopa islandesa de cordero y también tienen la sopa local de nabo, hecha con nabos cultivados en la zona. Seguimos por el sur de Islandia camino de Jökulsárlón. Una de los objetivos principales de este viaje, y mira que tenemos objetivos importantes. Pero antes tenemos que pasarnos por el cañón Fjadrargljufur. Una auténtica maravilla de la naturaleza. Y es que en Islandia no puedes ir con todo programado, porque hay una infinidad de lugares, que muchos de ellos no vienen en las guías oficiales, y que sería un pecado dejar de visitar. Este, por ejemplo, era desconocido, hasta que un famoso cantante rodó aquí un vídeo clip.

Este sitio agraciado por la naturaleza tiene 100 metros de profundidad y unos 2 kilómetros de largo.  El cañón tiene paredes empinadas y lo atraviesa el sinuoso río Fjaðrá. Sus orígenes se remontan a la Edad de Hielo, hace unos dos millones de años. Sin duda alguna. algo fascinante. Se encuentra cerca de la carretera de circunvalación, en el pueblo de Kirkjubæjarklaustur. El cañón fue creado por la erosión progresiva de la roca y por el flujo de agua de los glaciares durante milenios. Una fascinante cascada fluye en el oeste del cañón, y es visible desde una plataforma de observación ubicada en la ladera este, la caminata para llegar al mirador es de un kilómetro y medio. María y yo seguimos disfrutando a lo grande y aprovechamos para hacer fotos de las que nos gustan. Es una delicia poder disfrutar de estos lugares con mi hija.

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