
Isla de Taquile
Domingo, 24 de julio de 2022
Mientras navegaba por el lago Titicaca en esta mañana de domingo, mi asombro aumentaba a medida que avanzamos hacia la isla de Taquile. En la jornada anterior había visitado la isla más grande del lado peruano, la isla de Amantaní. Y quedé fascinado. Pensaba que hoy sería más de lo mismo. Y no me equivocaba. Salimos de las islas de los Uros muy pronto, después de dar un paseo en barca con Néstor, mi anfitrión, por las famosas islas fabricadas con totora. El día, de nuevo, era espectacular. A pesar de estar en invierno, el cielo estaba completamente despejado y el sol calentaba. El trayecto iba a durar un par de horas. La isla de Taquile poco a poco va cogiendo protagonismo dentro de las visitas al lago Titicaca, y ha sabido encontrar un equilibrio perfecto entre lo turístico y lo tradicional. Sin duda alguna es una excursión obligatoria.


Llegamos a la isla por su lado este, el que tiene vistas hacia Bolivia. Puerto Huayllano es nuestra parada y allí descendemos de la embarcación. Una pequeña subida y damos con la fuente de energía de esta parte de la isla. Una central solar fotovoltaica que lleva muy poquito tiempo funcionando y que abastece de luz e internet a gran parte de los habitantes de la isla de Taquile. Este proyecto no es exclusiva solamente de Taquile. Los habitantes de las islas de los Uros y los de la isla de Amantaní también cuentan con estos dispositivos que captan la energía de la radiación solar para su aprovechamiento. Esta isla alberga una población de poco más de 2.000 personas, descendientes de una comunidad ancestral que, hasta hoy, conserva muchas de sus costumbres antiguas. Agrupadas en varias comunidades: Chilcano, Estancia, Chuñopampa, Kollino, Coleta y Huayllano.

La isla de Taquile en el lago Titicaca
Llegamos a un descampado donde nos reciben los lugareños. Es la comunidad de Huayllano y somos sus invitados. Uno de los principales atractivos de la isla se concentra en el turismo vivencial, a partir del contacto con las costumbres y faenas del pueblo que lo habitan. Y eso es lo que vamos a ver ahora. Las gentes de la isla de Taquile son expertos en el arte textil y su técnica es heredada de generación en generación. En sus producciones textiles, los pobladores reflejan su imaginario y cultura, en complejos diseños que honran la riqueza de su legado ancestral. Figuras simétricas, simbólicas, de colores fuertes, que reflejan su forma de vida, costumbres y creencias andinas. Un colorido que llama la atención por todos lados. Tal es la importancia de este arte que en 2005 la UNESCO otorgó al tejido tradicional taquileño la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.


Seguimos la visita por la isla y llega la hora de comer. Por lo que nuestra siguiente parada es la casa de uno de los líderes de la comunidad. Así que avanzamos por el paseo de piedra que se dirige hacia el sur de la isla. Enseguida estamos en la casa restaurante. Es una oportunidad única para descubrir su modo de vida tradicional, su vestimenta, compartir una comida con la familia y, por supuesto, para poder visitar la isla con tranquilidad. Lo que aquí llaman turismo vivencial. Una tendencia en el turismo, también conocida como “turismo de inmersión”. Está enfocado a las visitas que se centran en experimentar un lugar en particular, mediante la conexión a su historia, población y cultura. Para ello el viajero, por lo general, se pone en contacto con lugareños que dan orientación de como experimentar un lugar.

Visitar la isla de Taquile
Recorrer los senderos de la isla es una de las mejores actividades que puedes realizar en Taquile. Te llevan de un lado a otro disfrutando de espectaculares paisajes. Unos con vistas a tierras peruanas y otros con vistas a la vecina Bolivia. Distintos puntos arqueológicos del período inca se pueden ver igualmente en pequeños paseos. Como el santuario de piedra que se encuentra en lo más alto de la isla, a más de 4.000 metros de altitud. También disfrutar de sus playas es una opción estupenda. Sobre todo la que tienen en el sur, la de Collata Suyo. Acercarte a la plaza de Armas, centro neurálgico de la isla, es una actividad muy recomendable. Allí podrás conversar con los lugareños y adquirir algunos de los productos textiles tan bien elaborados por estas personas. Sin duda alguna muchas oportunidades para disfrutar de una isla tan hermosa.


Termina mi excursión a la segunda isla que visito en el lago Titicaca. Y ha sido igual de emocionante que la anterior. Tanto la isla de Amantaní como la isla de Taquile me han sorprendido gratamente. Son dos visitas que todo aquel que venga a esta zona debe realizar. Así que te recomiendo al menos tres jornadas por estos lares, como mínimo. Aparte de conocer Puno tienes que venir a estas dos islas. Y, como no, disfrutar de las curiosas islas de los Uros. Donde yo pasé tres días inolvidables viviendo en una de sus islas de totora con una familia de los aimara. Desde allí el trayecto a Amantaní y a Taquile se acorta. Os dejo ya con una última imagen y después la pequeña peli de esta jornada. Espero que os guste. Se agradece algún comentario.
