Islas Canarias

Barranco de Masca, un cañón de cinco millones de años

Domingo, 2 de enero de 2022

El barranco de Masca es el segundo lugar de Tenerife más visitado, solamente después del Parque Nacional del Teide, con sus Roques de García y su volcán del Teide. Y alguna razón habrá para ello. Pues si. En este post lo vais a averiguar. El barranco de Masca, un cañón de cinco millones de años, es una grieta abierta en el Parque Rural de Teno. Se trata de un lugar que se puede visitar a través de un magnífico sendero de 10 kilómetros (ida y vuelta) y que te sumerge en lo más profundo de la isla de Tenerife. El barranco de Masca se cerró el 26 de febrero de 2018, después de que 8 turistas quedaran atrapados a causa de un fuerte temporal y tuvieran que ser rescatados. Su reapertura fue el 27 de marzo de 2021, más de tres años después. Con unas estrictas medidas de seguridad.

Los requisitos mínimos para realizar la senda son exigentes. La seguridad y la protección del entorno son lo primero. El camino del barranco de Masca te llevará a lo largo de un espectacular barranco tallado por la erosión, a lo largo de millones de años, en la dura roca volcánica. Este agreste cañón es además el refugio de delicadas especies de plantas y animales, de gran valor natural. Es muy IMPORTANTE que, antes de decidir realizar el itinerario, valores bien tus condiciones físicas, te asegures de que cuentas con el equipamiento adecuado y te comprometas a seguir las normas e indicaciones del personal. No se admiten menores de 8 años y las personas menores de edad deberán ir acompañadas por una persona adulta responsable. Además, hay que pasar un control de acceso.

Seguridad y acceso al barranco de Masca

Todas las normas las puedes ver en la web caminobarrancodemasca.com Así como realizar tu reserva. El descenso y luego ascenso por el camino del barranco de Masca no es un paseo, entraña cierta dureza y dificultad. Aquí te dejo las características de este itinerario:

  • Nivel de dificultad: Alto, con pavimento rocoso y numerosas rampas y escalones, en algunos casos con tramos resbaladizos.
  • Longitud: 5 kilómetros.
  • Duración estimada: casi 3 horas en descenso, al menos otras 3 horas en sentido ascendente. Aproximadamente 6 horas en total.
  • Desnivel: En sentido descendente, se parte de 750 metros de altitud (caserío de Masca) y se baja hasta el nivel del mar, con pequeñas subidas intermedias. El ascenso es pronunciado y de dificultad alta.

El sendero del barranco de Masca se inicia en el caserío de Masca. Su carretera de acceso es muy estrecha y con muchas curvas. Las plazas de aparcamiento son muy escasas. Por eso se recomienda acceder a la zona en transporte público. Aunque puedes desplazarte en taxi la mejor opción es la guagua pública. Pero debes mirar bien los horarios, tanto a la ida como a la vuelta, porque puedes llevarte una sorpresa y no llegar a tiempo. Puedes consultar aquí la web de TITSA para ver las líneas que llegan hasta Masca. Y las demás que circulan por toda la isla. El acceso en taxi es la opción más cómoda y la más rápida pero también la más cara. Una vez que llegues allí y antes de acceder al barranco debes pasar por el Centro de Visitantes. Allí te darán una breve charla y te pedirán tu documentación.

El barranco de Masca

Durante cinco millones de años, el agua ha ido tallando un profundo cañón en la dura roca volcánica. Y este trabajo no ha finalizado, cada año se pueden ver los nuevos retoques de la escultora que continúa haciendo caer unas piedras o moviendo una roca algunos centímetros. La erosión ha cortado la roca como si fuera un cuchillo. A medida que avanzas en el descenso te vas sumergiendo en la profundidad de la tierra. Las paredes se hacen más y más verticales y llega un punto en el que apenas se atisba el cielo. Es como si la roca no quisiera dejarte escapar por ningún lado. La vegetación es también capaz de abrirse paso, no solamente el ser humano. Y podemos ver en lo alto de una roca un par de dragos, como dos eternos vigilantes que siguen nuestros pasos. En esos momentos te sientes realmente diminuto.

Todo el sendero está perfectamente señalizado. Desde la salida en el caserío de Masca hasta la misma playa. Unas señales cuadradas de color amarillo con un número nos indican el lugar en el que nos encontramos, lo que llevamos recorrido y si hay cobertura. También hay carteles indicando la dirección en un sentido y en otro. No hay posibilidad de perderse. Y si tuviéramos algún percance hay tres puntos de control: al inicio, a mitad de camino y al final, en la playa. De esta manera podemos dedicarnos a disfrutar del espectáculo de la naturaleza. La majestuosidad de este cañón no te debe distraer de descubrir los pequeños y frágiles tesoros que encierra. Su variedad de materiales volcánicos, de plantas y animales exclusivos, así como las huellas de los usos que tuvo en el pasado reciente, forman también parte de su legado.

Barranco de Masca

Barranco de Masca

Disfrutando del barranco

Lo único que puede llegar a molestar es el casco que debemos llevar puesto durante todo el trayecto. Pero si piensas que es por nuestra seguridad a veces se hace más liviano. En las altas paredes del barranco se pueden ver las distintas capas horizontales de materiales que formaron el macizo de Teno. También podemos observar las líneas verticales de los diques, las grietas rellenadas por nuevas emisiones de magma que subía a la superficie. Cuanto más excava el agua, cada vez va sacando estratos más antiguos. Cerca de la desembocadura, podrás tocar algunas de las rocas más antiguas de Tenerife: se formó millones de años antes que el Teide, cuyo origen data de hace unos 170.000 años. Es impactante pensar la edad de ese trocito de tierra. El paso del tiempo, el agua y la erosión crearon una arquitectura natural única.

Tímidamente, y a medida que el camino se acerca al océano, las paredes del barranco se van abriendo. Un impresionante arco pétreo anuncia el último tramo. Ya se va escuchando el rugido de las olas romper en la playa de piedras, el aroma a mar comienza a impregnar el paseo. El barranco también tuvo muchos usos humanos y prueba de ello son los bancales de cultivo que se pueden ver. También canales para transportar el agua. Pequeñas cuevas que sirvieron de refugio. Y el viejo embarcadero en la playa, prueba de la importancia de la comunicación por mar. Tras casi cinco kilómetros de descenso el océano me recibe con una frescura que se agradece. Es el momento del descanso y de disfrutar de las vistas con La Gomera de fondo. Al lado tenemos las paredes de los acantilados de los Gigantes. Hay que recuperar fuerzas para la subida.

Barranco de Masca

Barranco de Masca

Barranco de Masca

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