Senda Pirenaica. Etapa 35: Albanyà – La Vajol



Martes, 23 de agosto de 2022
Aunque me he recuperado del cansancio de la larguísima e incómoda etapa de ayer, los pies los tengo algo machacados. Los nueve kilómetros de pista de asfalto después de pasar Can Nou de Bassegoda, hasta Albanyà han dejado secuelas. Y me temo que no se van a quitar hasta que pare o hasta que termine en el cabo de Creus. Veremos. Así que comienzo esta etapa 35 de mi Senda Pirenaica con la incertidumbre de cómo responderán las ampollas y la molestia que tengo en la planta del pie izquierdo. La jornada amanece con un cielo completamente despejado y ya con mucho calor desde primera hora, por lo que es muy recomendable ir cargado de agua desde el principio. Tuve la suerte de que en mi alojamiento, Can Carreras, se han portado conmigo de maravilla. Y llevo bastante agua, alguna de ella congelada. Así que creo que no pasaré problemas.

Empiezo a caminar justo al lado del Ayuntamiento de la localidad de Albanyà, en el camí de Maçanet. Y nada más empezar, ya empiezo a subir. Me encuentro a 240 metros de altitud y el punto más alto hoy lo tengo en los 687 metros de La Trilla. Así que… comienza la aventura. El desnivel no será el problema en esta jornada, sino el calor y el estado de mis pies. Al principio alterno entre pista y varios atajos, en dirección a la sierra de Ferrerós. La sombra me acompaña y lo empinado del camino se lleva mejor. Casi sin darme cuenta llego al coll de Ferrerós (595m). Las vistas comienzan a ser impresionantes. En la lejanía, aunque no se divisa, se atisba mi objetivo final, el mar Mediterráneo. El cielo de esta mañana está de un azul muy luminoso. Hace mucho calor.


Etapa 35 de mi Senda Pirenaica
Después de 5 kilómetros y casi dos horas de caminata, me encuentro con la iglesia de Sant Feliu de Carbonils (630m). Tengo que salirme del sendero unos veinte metros para verla más de cerca. Este lugar está documentado desde el año 878 y, de hecho, la iglesia conserva restos prerrománicos adosados a la parte de tramontana: el ábside trapecial, el arco triunfal de herradura y la parte de la nave. El edificio actual es, sin embargo, un ejemplar románico de época tardía (final del siglo XII o inicios del XIII). De una nave cubierta con bóveda apuntada y copada con un ábside semicircular, ampliado y reformado en época tardía, quizás entre los siglos XV o XVI. Del interior de la iglesia destaca el pavimento, el altar y el fregadero bautismal. Al lado de la iglesia hay vestigios de diversas construcciones medievales. Sin duda alguna, un lugar muy interesante.

Justo antes de llegar al refugio de Seglar, que parece cerrado y abandonado, veo de nuevo en esta Senda Pirenaica el mar Mediterráneo. En la imagen destacada de esta página lo podéis ver. Con un precioso rayo de sol atravesando la instantánea. Dejo atrás el refugio y me dirijo hacia el punto más alto de la etapa 35 de mi Senda Pirenaica. Llevo dos horas justas desde que salí de Albanyà y ya me encuentro en La Trilla (687 m). Es una zona en la que hay varias casas en ruina. Tienes que ir con mucha atención porque si no llevas el track en el GPS es muy fácil perderse. La senda se introduce en el bosque, paso un collado y ahora sí, desciendo hasta dar a una pista en la collada de la Capella (521m). Luego tomo un camino a la derecha y un sendero a la izquierda.



El oasis del Molí d’en Robert
Hace muchísimo calor en esta mañana de agosto. Finalmente salgo a un camino más ancho que me lleva sin pérdida a la ermita de Sant Andreu de Oliveda. No la llego a ver, porque queda justo detrás de un grupo de grandes casas en Oliveda. Dejo la ermita a la izquierda y abandono la carretera asfaltada para coger una pista a la derecha que en fuerte descenso me deja en el Molí d’en Robert (240 m). Una maravilla llegar a este lugar con el día tan sofocante que hace y los pies como los tengo. Allí hay un restaurante, un chiringuito y unas piscinas. Que como era de esperar están hasta arriba de gente. Aprovecho para hacer una parada, refrescarme y me quedo con las ganas de darme un buen chapuzón. Después, abandono la pista que conduce a Maçanet y tomo una senda a la izquierda.


En tres kilómetros más de camino llego a Maçanet de Cabrenys (348 m). Atravieso gran parte de la localidad y al llegar a la GI-503, que une Darnius con Coustouges, busco un lugar donde comer. Es una buena hora y el calor aprieta. Después de la comilona vuelvo a la carretera, por la que transito unos 500 metros antes de tomar un camino a la izquierda, que se introduce en una pequeña zona de berrocal adornada por un precioso bosque de alcornoques. Por allí se supone que me encontraré alguna que otra fuente. Y así es. Pero con el verano que llevamos una está completamente seca y la otra tiene un hilillo de agua. Menos mal que en Maçanet me hice con el agua suficiente para el resto de la jornada. Así que continúo adelante y pronto me encuentro con la carretera que lleva a La Vajol.


Llegando a La Vajol en la etapa 35 de la Senda Pirenaica
El camino se introduce en el bosque, los cruces se suceden y continuamente se cambia de dirección. Salgo de nuevo a la carretera que de Maçanet se dirige a La Jonquera y Figueres, la citada anteriormente GI-503. Y llego al pont del Grau (258 m). Lo cruzo y afronto por fin la subida a La Vajol. La senda asciende rápidamente y no tardo en coger altura. Hoy el desnivel no fue mucho, peor el calor ha hecho estragos y la planta del pie izquierdo sigue sufriendo. Y las ampollas se resienten. En la zona hay varias minas abandonadas, una de ellas, la mina Canta o d’en Negrín, por la que paso, hizo historia cuando al estallar la Guerra Civil, Juan Negrín (presidente del gobierno de la República entre 1937 y 1939) envía una remesa de cuadros del Museo del Prado y un tesoro de quinientos millones de dólares.


Poco después de pasar la mina salgo a la carretera de La Vajol que sigo a la derecha. El cansancio es tremendo. Pero me queda solamente un kilómetro para llegar a mi alojamiento. Enseguida llego al mirador que hay a la entrada del pueblo. Las vistas desde allí son espectaculares. Y la emoción me embarga cuando veo a la distancia mi objetivo final: el mar Mediterráneo en todo su esplendor. Pienso que solamente me quedan 4 etapas, 4 jornadas, 4 días para llegar al cabo de Creus y me parece mentira. Sigo ya por las calles de La Vajol y llego a la plaza del pueblo, donde está ubicado el Hostal Casa Comalius. Donde voy a pernoctar, cenar y desayunar por 110€. Una etapa más y un día menos para el final. Os dejo la peli de esta etapa que ha sido muy bonita. Espero que os guste.
