Senda Pirenaica. Etapa 21: Sant Maurici – La Guingueta

Viernes, 23 de julio de 2021

Después de la jornada de ayer en la que realicé un gran esfuerzo para hacer dos etapas en una, tocaba un poco de relax. Así que hoy me lo he tomado con calma. Una etapa 21 en esta Senda Pirenaica que ha resultado ser un fantástico paseo por el Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio. Me levanto muy temprano y a las siete y media ya estoy caminando. Dejo el refugio Ernest Mallafré a los pies de Els Encantats y regreso a la pista que lleva al estany de Sant Maurici para continuar bajando el valle del río Escrita. Enseguida me encuentro con la ermita de Sant Maurici. Toda la bajada la hago por la ruta de L’isard, que sube desde el aparcamiento del Prat de Pierró hasta el estany de Sant Maurici. Itinerario fácil, adecuado para cualquier persona que pueda caminar durante más de una hora.

El camino se adentra por el abetal bordeando el río Escrita. El abeto, con el pino silvestre y el pino negro, son los árboles que predominan en el Parque Nacional. El abeto ocupa las vertientes más umbrías entre los 1.300 y los 2.000 metros. Y puede llegar fácilmente hasta los 40 metros de altura. Los abetales son bosques muy sombríos a causa del espesor de su cobertura que no permite el paso de la luz del sol y de las precipitaciones de agua y de nieve. El camino entre el puente de Pallers y el puente de Suar es espectacular. Sin duda alguna un remanso de paz en pleno corazón de la Senda Pirenaica. Disfruto en estas primeras horas de la mañana de una caminata entre magníficos ejemplares de pinos, abetos, abedules y serbales. Acompañado del sonido del río y sus pequeñas cascadas.

Dejando atrás el Parque Nacional

Mi senda pirenaica etapa 21 continúa y poco a poco voy dejando atrás un paseo idílico. Me llaman la atención los árboles muertos que me encuentro en varios puntos del camino. En los bosques explotados, los árboles en general no llegan a envejecer, ya que son cortados antes. Pero en el Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio, los árboles continúan su ciclo vital hasta llegar a la muerte. En la descomposición de la madera muerta, que enriquece el suelo en nutrientes, intervienen bacterias, insectos, lombrices, hongos… Que a su vez constituyen el alimento de un gran número de aves y pequeños mamíferos. Naturaleza en todo su esplendor. Y el sendero me lo va mostrando.

En unas dos horas aproximadamente llego a la localidad de Espot. Cruzo su puente medieval, atravieso la población y continúo por una pista al final de la misma. Por dicha pista encuentro a mano izquierda un poste de señalización del GR11 que indica Escaló y Jou, lo tomo y sigo hacia el camping de la Mola. En este punto tenemos que cruzar la carretera LV-5004 que sube hacia Espot. Aquí nos encontramos con una incómoda aunque corta subida en zigzag que nos dejará en Estaís pero que resulta bastante agobiante por su inesperada presencia. Hemos dejado atrás definitivamente los límites del Parque Nacional. Voy en dirección a la vall d’Àneu.

Camino de la vall d’Àneu

El paisaje ha cambiado radicalmente. Ya quedaron atrás los bosques de abetos, los pinos y las pequeñas cascadas del río Escrita. Vuelvo a ver los picos que destacan en esta inmensa cordillera de los Pirineos. Atrás se ven ya lejanas las pistas de la estación de esquí de Espot. Después de la pequeña localidad de Estaís tengo que ir unos dos kilómetros y medio por carretera hasta llegar a otro pequeño pueblo: Jou. Las vistas durante el trayecto se abren hacia un valle espectacular. La subcomarca de la val d’Àneu, formada por los municipios de Alt Àneu, Espot, Esterri d’Àneu y La Guingueta d’Àneu, se inserta a su vez como en un juego de matrioskas en Pallars Sobirà, una de las comarcas catalanas con más personalidad que fuera condado independiente hasta bien entrada la Baja Edad Media. El final de la etapa está muy cerca.

Al salir de Jou, a mano derecha, una fuerte pendiente en el sendero nos va a llevar hasta el final de esta etapa. Se ven perfectamente desde allí las casas, los hoteles y los dos camping de La Guingueta d’Àneu. He terminado esta etapa 21 de mi senda pirenaica. Hay tiempo para disfrutar de los alrededores si estamos con fuerzas después de tantos días. Lo voy a intentar. Durante la difícil época de la postguerra en muchos lugares del Pirineo se empezó a construir la llamada «línea P», una línea defensiva de fortificaciones militares para frenar una supuesta invasión militar que entrara por las montañas. Estas construcciones se hicieron en un momento donde la población civil estaba inmersa mayoritariamente en la pobreza y sometida además a una represión muy dura.

La Guingueta d’Àneu

Los búnkers que visité no se utilizaron nunca y, de hecho, ya estaban obsoletos en el momento de su construcción. Aún así, el ejército hizo su mantenimiento hasta los años 80 del siglo XX. Por otro lado, toda esta zona estaba considerada como frontera, con los inconvenientes que esto representaba. Además de hacer un repaso por la historia de la zona, decido refrescarme un rato en el embalse de la Torrassa, que encierra las aguas de la Noguera Pallaresa. Mítico río de esta zona de los pirineos catalanes. La Noguera Pallaresa es el paraíso de los deportes de aguas bravas. En la zona se han creado varias empresas donde se puede contratar todo lo necesario. Un rato de kayak para estirar las piernas y aliviarme del calor que ha hecho hoy me va a venir fenomenal. Después os dejo el vídeo de esta etapa.

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