Senda Pirenaica. Etapa 36: La Vajol – Requessens
Miércoles, 24 de agosto de 2022
Después de la bonita etapa de ayer, me espera en esta jornada la etapa 36 de mi Senda Pirenaica. Otra etapa larga y de calor que me llevará hasta el campo de Requessens. Comienza mal la mañana porque tengo que hacer los tres kilómetros iniciales por carretera. Y tal y como tengo los pies el asfalto es criminal. Pero es lo que hay. Así que atravieso el pueblo y salgo por la carretera GI-501 en dirección a La Jonquera. La sigo durante esos tres dichosos kilómetros, y la dejo donde arranca una pista con un cartel que señala a Santa Eugènia. La mañana está muy agradable y al ser temprano e ir por la sombra no hace nada de calor. Lo que ya no mejoran son los pies. Me viene muy bien el descanso de las noches pero las heridas que llevo no empiezan a sanar.
La pista que sigo a partir de este momento es muy cómoda. La caminata se hace sencilla y agradable. Casi sin darme cuenta llego a la ermita de Santa Eugènia d’Agullana (352 m). Unas instalaciones que la Fundación Esplai Girona utiliza para sus colonias de verano. Santa Eugenia de Agullana es una ermita del municipio de Agullana incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. El municipio de Agullana se encuentra en el límite del territorio catalán y sólo a 5 kilómetros de La Jonquera. La ruta del Exilio que siguieron quienes huían de la represión en el tiempo de guerra, entre ellos el Presidente Companys, pasa por esta casa. Por lo tanto, me adentro por un lugar cargado de historia. Al igual que al final de la etapa de ayer, muy cerca de La Vajol. Otra de las cosas interesantes de mi Senda Pirenaica.
Cruce internacional en la etapa 36 de mi Senda Pirenaica
Después de un breve descanso continúo la marcha entre encinas y alcornoques. Los pies sufren pero la facilidad del terreno hace que el dolor sea soportable. Voy en dirección al Suratell, uno de los árboles más conocidos de Cataluña. El Suratell (Quercus Suber) está situado en la montaña de Sant Julià, muy cerca del Mas Llong, y es uno de los trece árboles monumentales del Alt Empordà. Las medidas aproximadas darían una altura de casi 16 metros y un perímetro de más de 5. Actualmente, el árbol se encuentra en un claro proceso de senectud. Al fondo ya se divisa La Jonquera, todo lo que queda hasta allí será bajada. Me dispongo tranquilamente a descender hasta esa famosa localidad, con pocas ganas, ya que me han comentado que es el paso más feo por carretera que te puedes encontrar en toda la Senda Pirenaica. Pero no queda otra que atravesarla.
Dos túneles peatonales nos esperan antes de llegar a La Junquera. Es lo más feo de esta etapa 36 de la Senda Pirenaica. El primero, para salvar la línea del AVE, que poco más adelante se introduce en el túnel de Pertús, para salir ya en tierras francesas. 750 metros y diez minutos después está el segundo, para cruzar la AP-7, la autopista del Mediterráneo. Estoy en La Junquera, cruzo a la otra orilla del río Llobregat y bajo por la calle Mayor. Aprovecho este momento para pasarme por una farmacia a comprar más tiritas y arreglarme un poquito los pies. Aunque la única solución efectiva es dejar de andar, pero eso no pasa por mi cabeza a estas alturas. Sigo por las calles de La Jonquera hasta que me encuentro un indicador que me señala a Santa Llúcia y Requessens. Todavía quedan 11 kilómetros.
Llego a la ermita de Santa Lucía
Dejo atrás La Jonquera y en una hora aproximadamente llego a la ermita de Santa Llúcia (433 m). El calor ya es sofocante y relleno mi botella de agua en una fuente que hay en el lugar. El edificio actual de la ermita pertenece al románico tardío. Consta de una sola nave, cubierta con bóveda apuntada y copa con un ábside semicircular. Está construida con sillares de granito, bien cortados y alineados. La portada está en la fachada de mediodía, y está formada por tres arquivoltas en degradación, con guardapolvo exterior y sin ornamentación. En la fachada de poniente hay un pequeño campanario de espadaña. El ábside presenta una interesante ventana de doble derrame, con guardapolvo y cinta con dientes de sierra. La dejo a mi derecha y continúo subiendo por senda a través de una zona boscosa. La parte alta está despejada, predomina el matorral y aflora la roca.
Son las mejores vistas desde que dejé La Junquera. Pronto llego al punto más alto de la jornada, el coll de les Canals (715 m). Allí me encuentro con una pista que sigo a la derecha en suave bajada. A la izquierda, y entre la arboleda, deben encontrarse los restos del avión Douglas DC6 que en 1986 se estrelló en ese mismo lugar. Me niego a buscar el aparato con el asfixiante calor que reina en la zona y con los pies tan doloridos como los tengo. Sigo caminando y en una hora llego a la zona de aparcamiento y los corrales del pequeño poblado de Requessens. Dejo mis cosas en la casa donde me alojo y voy a comer al restaurante La Cantina que se encuentra allí mismo. Hora de descansar y recuperar fuerzas. Dejo el vídeo de esta jornada, os gustará.
